Si estás de viaje por los Westfjords, deberás visitar un pequeño pueblo llamado Drangsnes, de menos de 100 personas. El por qué es sencillo: ocultas junto a la carretera se encuentran un grupo de termas públicas con unas increíbles vistas.
Estas piscinas de agua termal, que aprovechan el calor natural que emana de los respiraderos geotérmicos del país, se encuentran a varias temperaturas (agua fría, templada y muy caliente), son el lugar favorito de los visitantes y los locales para disfrutar de un momento de paz, escuchando las olas del mar.
En invierno, además, se ha convertido en un lugar muy popular para admirar las auroras boreales, mientras se disfruta de un baño relajante.
Deberás estar atento cuando accedas por carretera a Drangsnes, apenas hay ninguna señalización. El único indicador es una pequeña caseta blanca (con un indicador de baño público) ubicada frente a las piscinas.