Los amantes del “bird watching” tienen que visitar alguna vez en su vida los acantilados de Látrabjarg, en la península Isafjördur, la gran desconocida y el lugar más occidental de Europa. Sus inmensas dimensiones (14 kilómetros de largo y 440 metros de altura) lo convierten en el acantilado de aves más grande de Europa. Látrabjarg es el hogar de millones de aves, incluyendo frailecillos, alcatraces, araos y alcas tordas.
Aunque el arao común es el pájaro más común en Látrabjarg, este acantilado es famoso por sus divertidos frailecillos, que se pueden fotografiar a muy corta distancia. Los frailecillos pueden verse sobre la hierba, en lo alto del acantilado, donde construyen sus madrigueras de hasta 2 metros de largo. Todos los años, regresan a las mismas madrigueras de años anteriores, casi siempre durante la tercera semana de abril, donde permanecen hasta agosto o septiembre. La época de reproducción de esta especie es de mayo a julio.
Los acantilados son también el hogar de la mayor colonia de alca común del mundo (el 40% de de esta especie), y de otras razas de aves marinas como los fulmares, cormoranes y gaviotas, que se caracterizan por sus agudos chillidos.
Durante siglos, los acantilados eran una fuente de deliciosos huevos de aves marinas para la población local. Los agricultores atrapaban aves y recogían huevos, arriesgando sus vidas por los acantilados. Se estima que alrededor de 35.000 aves fueron capturadas cada año hasta finales de los cincuenta. Todavía hoy se recogen parte de los huevos en los acantilados, para mantener viva esta tradición que se ha transmitido de de generación en generación durante siglos.