Islandia todo el año. Islandia también en Invierno II

Islandia también en InviernoContinuamos con el relato de la estancia de Viajes Amigo en Islandia. En esta parte visitan las Joyas de Islandia.

Al aterrizar en Keflavik, ciudad donde se encuentra el aeropuerto, nos encontramos un país soleado, con poca nieve y gente muy amable. En la oficina del coche de alquiler, además del GPS, te ofrecen un aparato que te da Internet durante todo el viaje con velocidad 4G, así que ese tema se quedó listo.

Una vez en la carretera, de camino a Reikiavik, que es donde pasamos la primera noche, lo que te llama la atención es los poquitos coches que hay circulando. Además, la velocidad máxima es de 90Km/h, y te amenazan con radares en toda la carretera.

Reikiavik, capital de Islandia, es una ciudad con unos 180.000 habitantes (la mitad de la población del país). Tiene un par de calles principales bien bonitas con casas bajas. Hay bastantes restaurantes y todo el mundo dice que la comida es rica y fresca. Nosotros, tras varios paseos calle arriba, calle abajo, preguntando en el punto de información, y viendo menús de los restaurantes, acabamos comiendo en un turco que tenía salmón como pescado del día y la verdad es que estaba buenísimo. Eso sí, pagas unos 20 € por el plato y no te creas que las raciones son enormes, no no, ni hablar, de hecho, tanto Edu como yo nos quedamos con hambre y nos tuvimos que pedir un bocadillo para llenar el estómago.

Uno de los objetivos de nuestro viaje era ver las mágicas auroras boreales. Para ello, el cielo tiene que estar despejado y tienes que estar en una zona de baja contaminación lumínica. Hay una web que han creado, que te dice las probabilidades que tienes de ver auroras según la zona donde estás y el día de la semana según el tiempo que va a hacer y un sinfín parámetros más.

La primera noche, aunque estábamos algo cansados del viaje, aprovechando que el cielo estaba despejado, decidimos ponernos la ropa térmica y dirigirnos a un lugar donde nos dijeron que se podían ver las auroras. Si vas a Islandia en invierno, debes aprovechar las noches despejadas para ir a buscar auroras, porque como lo dejes para un día después, de aseguro de que el cielo estará cubierto y perderás tu oportunidad.

De noche, todos los gatos son pardos, y todas las carreteras nevadas son iguales, así que decidimos seguir a la típica furgoneta que lleva turistas a ver auroras, y paramos donde ellos lo hicieron!
Cuando estás mirando al cielo, y tienes miopía nocturna como yo, hay veces que ves luces y reflejos raros sin que en realidad estén, por eso cuando vi aquella luz verde en el horizonte, tuve que preguntar a Edu si él también la veía. Había momentos que era más tenue y momentos que era más intensa. Ahí estaban! Eran las famosas auroras boreales. No tuvimos la suerte de verlas más potentes, pero sí que se veía la luz en el horizonte y tengo que decir que fue un momento mágico.

Para que os hagáis una idea del viaje que hicimos, lo primero que recorrimos fue la Península de Snafells, en el oeste del país. Luego bajamos hacia el sur, visitando la famosa cascada de Gullfoss y Geysir, pasamos por la playa de Vik y por último nos dirigimos hacia el glaciar de Skaftafell y el lago de icebergs de Jokulsarlon. En total recorrimos unos 1.200 Km en 8 días, pero merece la pena el viaje por los paisajes y la naturaleza tan bestial y salvaje de esta parte del mundo.