Podemos encontrar diferentes cuevas en Islandia, principalmente son de dos tipos: las cuevas provocadas por una erupción volcánica y las cuevas formadas por los glaciares, éstas son cuevas formadas por el movimiento del glaciar y también por ríos de agua caliente bajo el glaciar.
En Islandia encontramos numerosas cuevas en las que podemos adentrarnos, bien de una manera organizada, con un guía especializado, o bien, por nuestra cuenta; muchas de ellas cuentan con un cordón, que hay que ir siguiendo para evitar perderse. Para poder acceder a ellas, es muy importante ir bien equipado: llevar casco, linterna, guantes, y dependiendo del terreno, un pantalón o peto chubasquero y crampones, en caso de haber hielo.
En verano, existen cuevas aptas para la visita de turista, donde los requisitos son mucho menores. Un ejemplo es la cueva Vatnshellir, situada en Snaefellness y para su acceso cuenta con una escalera. Una cueva diferente es Leidarendi, con tubo volcánico casi perfecto de casi 900 metros de longitud. Para acceder en su interior, se requiere contratar un guía experimentado. En su interior podemos contemplar diferentes cámaras, con formaciones basálticas, y con todo tipo de estalactitas y estalagmitas, tanto de sedimentos provocados por la erupción volcánica como formaciones de hielo.
Otro tipo de cuevas son las cuevas glaciares. Éstas son mucho más espectaculares. Las cuevas glaciares se forman de manera natural por el movimiento que tiene el glaciar. La lengua glaciar se mueve constantemente y encuentra a su paso algunos obstáculos, como montañas o rocas, estas ayudadas de ríos calientes que emanan del interior y crean las cavidades tan asombrosas. Para visitar estas cuevas, es necesario hacerlo de la mano de un guía experto, ya que el riesgo de derrumbamiento es muy alto. El periodo es de noviembre a marzo, ya que son los meses más seguros para la exploración de las mismas, quedando totalmente prohibidas el resto de los meses. Mas información aquí.
