Como descubrir Reykjavik de un modo diferente

¿Estás buscando qué ver en Reykjavík para hacer un viaje diferente? Las guías de viaje para conocer Islandia destacan las auroras boreales, los avistamientos de ballenas y los museos más famosos. No obstante, existen muchas actividades que hacer aquí para tener la oportunidad de hacer un viaje muy personal.
Tres planes alternativos en Islandia: descubriendo Reykjavík
Hay muchas formas de disfrutar de Islandia, pero con estas tres actividades podrás dar un toque distinto a cualquier ruta turística que hayas encontrado en la ciudad:1. Kolaportið: vamos de compras
Algunas de las ciudades de Europa son especialistas en las tiendas de lujo y las grandes cadenas comerciales internacionales. Reykjavík es diferente. La capital islandesa es especialista en tiendas de segunda mano y recorrer sus calles es sinónimo de encontrarse auténticas joyas únicas en el mundo. Si no quieres hacer el recorrido por todas las tiendas de este estilo, puedes visitar el mercado de pulgas de Kolaportið.
2. El monumento a John Lennon
En las isla de Viðey, a la que puedes llegar en ferry desde Reykjavik, se encuentra un monumento muy diferente. Se trata de una torre luminosa que Yoko Ono levantó en honor de John Lennon y que se conoce como Imagine Peace Tower. Además de resultar una visita diferente, es una forma de conocer la capital más allá del bullicio del centro de la ciudad.
3. Gastronomía islandesa: mucho más que pescado
Es cierto que Islandia tiene un gran pescado y es el lugar perfecto para probar, entre otros, la carne de ballena. No obstante, te invitamos a que pruebes también sus originales platos de carne. Uno de los más diferentes es el svie, una cabeza de cordero cocida.
4. Las auroras boreales
Septiembre y Octubre son meses ideales para ver las auroras boreales en Islandia. En el año 2016 las autoridades de Reykjavík decidieron apagar todo el alumbrado público para que se pudieran disfrutar con mayor intensidad sin movernos de la capital. En estos meses las noches no son tan largas como en pleno invierno, no hace tanto frío y los cielos están despejados, lo cual facilita que se produzca este fenómeno tan buscado por los fotógrafos de todo el planeta.